Historia del Café en Costa Rica
El cultivo del café se origina en Costa Rica en el año 1808, cuando se cultivaron las primeras plantas en el Valle Central. En ese momento nuestro país tenía una agricultura de subsistencia.
Luego de la independencia de 1821 los gobiernos municipales impulsaron la producción de café, por lo que se fue extendiendo a lo largo del país hasta llegar a convertirse en el cultivo más importante a nivel nacional. De acuerdo con el ICafé, para dicho año se contaba con 17.000 cafetos en producción y se realizó la primera exportación a Panamá, la cual fue de 2 quintales de café (aproximadamente 46kg por quintal).
Fue tanta la relevancia que se le dio a este cultivo que los jefes de estado de ese momento consideraron que el café generaría un movimiento económico que beneficiaría a Costa Rica e impulsaría el desarrollo social del país, de ahí que se le denominó Grano de Oro.
Este cultivo permitió en gran parte el desarrollo del país durante más de un siglo hasta después de la revolución de 1948, momento en que se fundó la segunda República y, con ello, se dio inicio a una nueva visión de país tomando en cuenta el crecimiento de diferentes industrias.
A pesar del gran desarrollo de otras industrias, el cultivo del café se ha mantenido como un producto sumamente importante, y es reconocido principalmente por la calidad que se logra producir en algunas zonas ubicadas a más de 1800m de altura, ya que cuentan con características idóneas para su crecimiento.
En Costa Rica el grano se cultiva en 8 zonas productoras distintas cuyas características son particulares unas de las otras, por lo que el resultado de cada cosecha varía significativamente. Las zonas son Brunca, Guanacaste, Orosi, Tarrazú, Tres Ríos, Turrialba y Valle Central y Occidental.
Además, es importante mencionar que la variedad del café de Costa Rica es 100% arábica y es cultivado en suelos fértiles de origen volcánico, se utiliza el método de recolección manual y selectiva y el inicio del proceso de beneficiado varía dependiendo de la zona en la que se encuentre el cultivo, pues en las más baja la maduración es más rápida que en las zonas de mayor altura.